Investigaciones han revelado el sufrimiento y abuso que padecen millones de animales en las granjas industriales.
MERCY FOR ANIMALS
Cada año, millones de animales explotados como alimento son transportados al matadero o a granjas “de engorde”.
Investigaciones encubiertas como las realizadas por Mercy For Animals han revelado el sufrimiento y abuso que padecen millones de animales en las granjas industriales.
A esto se suma el proceso de transporte, que se convierte en otro infierno para los animales, ya que las jornadas de viaje pueden durar de 30 a 70 horas. Están hacinados en un camión en condiciones insalubres y en la mayoría de los casos no se les da acceso a comida ni descanso.
Los animales son obligados a mantenerse de pie, exhaustos, entre su propio excremento.
La mayoría de estos camiones no cuenta con un sistema de acondicionamiento de aire que mantenga la temperatura adecuada y, por ello, los animales están expuestos a ambientes extremos.
Muchos mueren, particularmente los bebés que no han desarrollado aún una capacidad efectiva de autorregular su temperatura y son más susceptibles al estrés derivado de su exposición al frío o al calor.
El Panel Científico sobre Salud y Bienestar Animal de la Autoridad Europea en Salubridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) declaró que el alto estrés que padecen durante el transporte debilita el sistema inmunológico de los animales, los hace más vulnerables a enfermedades y permite el desarrollo de patógenos que se encontraban latentes.
Luego, solo es cuestión de tiempo para que unos infecten a otros hacinados en el mismo vehículo o confinados en el lugar de destino.
Algunos de estos patógenos pueden incluso infectar a los humanos que entran en contacto con los animales enfermos.