Una nueva investigación encontró que los terneros son expuestos a condiciones crueles para matarlos o para seguir produciendo leche, quesos o mantequilla.
Con información de Igualdad Animal
México ocupa el lugar número 15 en la producción de leche, posición en el ranking mundial que coloca a nuestro país ante un escenario de maltrato gigante.
El consumo anual per cápita de los mexicanos es de 128 litros y su producción va en aumento, segun datos recientes del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP, 2022),
Esta cifra de consumo trasladado a la vida diaria de los terneros y las vacas que son criados en granjas industriales para abastecer la demanda, se convierte en maltrato y muerte, pues no hay animal en esta situación que no se enfrente a condiciones incompatibles con los buenos estándares de bienestar.
Según el trabajo de investigación realizado por la organización Igualdad Animal, las vacas en la industria lechera sufren toda su vida. Desde el momento en que llegan a este mundo, son tratadas como máquinas. Los enlaces especiales entre madre e hijos se rompen de forma rutinaria y las vacas a menudo desarrollan afecciones médicas dolorosas.
Al igual que los humanos, las vacas solo producen leche para sus crías. Por lo tanto, son inseminadas a la fuerza cada año. Las vacas y sus crías son forzadas a atravesar un ciclo de crueldad que termina con su matanza.
Anteriormente, Igualdad Animal había expuesto la crueldad a la que son sometidas las vacas en la industria láctea, pero ahora con nuevas imágenes da a conocer evidencias de las verdaderas condiciones en las que viven los terneros, como los maltratos y mutilaciones de los que son objeto.
Dichas imágenes son parte de una nueva campaña que lanza la organización llamada “Cambia el origen de tu leche”, con la que busca informar a los consumidores para que transiten de un consumo de leche de vaca a un consumo de leche vegetal.
Igualdad Animal expone en esta campaña que los animales atrapados en la industria láctea sufren durante toda su vida.
Las crías de las vacas tienen dos destinos: si son machos no pueden dar leche, entonces, se matan con poco tiempo de vida por su carne. Si son hembras, se les cría para reemplazar a las vacas que dejan de considerar productivas, pero, si no las necesitan para esto, se venden a otras granjas o se matan.
Además, los terneros son separados de sus madres al poco tiempo de nacer y son mutilados sin anestesia para no dejarles crecer sus cuernos: una medida que se ha tomado para facilitar la manipulación humana.
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